"Que no vengan" in "El defensor de Granada", Año XIII Número 5819, 2ª ed. - 1892 Noviembre 02
Contenuto
Titolo
"Que no vengan" in "El defensor de Granada", Año XIII Número 5819, 2ª ed. - 1892 Noviembre 02
Titolo originale
Año XIII Número 5819 2ª ed. - 1892 Noviembre 02
Ambiti e contenuto
Si tratta di un editoriale, “Que no vengan”, dove si critica il deplorevole comportamento della casa reale e del governo nel rifiutare di presenziare a Granada durante i festeggiamenti per il quattrocentesimo anniversario della scoperta dell'America. Questo rifiuto provocò un profondo malcontento nella popolazione, avallato dalla stampa locale, soprattutto appunto dal quotidiano liberal progressista. L'editoriale riporta la notizia secondo la quale, a fare le veci della Regina Reggente e di suo figlio sarebbero stati tre ministri. “QUE NO VENGAN” fu il duro editoriale del giornale, portavoce dello spirito della popolazione granadina in quei giorni.
Autore del documento
El defensor de Granada, quotidiano spagnolo di ideologia liberal- progressista, prodotto a Granada dal 1880. fino allo scoppio della guerra civile spagnola.
Segnatura o codice identificativo
Año XIII Número 5819 2ª ed. - 1892 Noviembre 02
Lingua
Spagnolo castigliano
Condizioni che regolano l’accesso
risorsa liberamente consultabile on-line tramite il portale della Biblioteca virtual de Andalucia.
Citazione bibliografica
"El defensor de Granada", Año XIII Número 5819, 2ª ed. - 1892 Noviembre 02; Biblioteca virtual de Andalucia.
Autore della riproduzione digitale
Biblioteca Virtual de Andalucia
Dimensioni del file
684,4 x 957,8 mm
Creatore
Daniela Cocco
Data di creazione
28/05/2021
Identificativo
Año XIII Número 5819 2ª ed. - 1892 Noviembre 02
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Riproduzione digitale di quotidiano cartaceo.
riassunto
El defensor de Granada
Anno XIII
Primera Ediciòn del Miercoles 2 de Noviembre de 1892; Nùm. 5818
Que no vengan.
Un telegrama oficial, recibido ayer tarde à ultima hora por el Gobernador civil, anuncia que le Gobierno ha aconsejado à S.M, la reina Regente que desista del viaje à Granada, y que, para inaugurar el monumento, vedràn, sustituyèndola, tres ministros.
Agradecemos la merced, pero nò la deseamos: porque la venida de esos señores, en las actuales circustancias, despuès de habernos estado enagañando un dia y otro; màs que atencion parece sangienta burla, que, enèrgicamente rechazamos.
Granada no se ha ceñido la frente de rosas, ni se ha engañado con laurel y aromàtica juncias, ni ha envuelto su pobreza bajo los gloriosos colores del pabellon nacional para recibir à los ministro el Gobierno conservador; Granada ha realizado un esfuerzo vigoroso, expontaneamente, con verdadero entusiasmo, con ingenuidad y alegria, para saludar à la Reina, para festejar à una dama virtuosa, para expresar al jefe de Estado su gratitud por el honor que, con su visita, nos dispensaba.
Si la Reina no viene, todo sobra.
Para un gobierno muerto, desconceptuado por sus torpezas, sometico à la accion de inexorable jellatura, no puede haber vitores, flores, ni laureles; de no habernos agraviado, tendìa derecho à exigir, como demostraciones de culta indiferencia, soledad y silencio, la paz à los difuntos otorgada; ni aun eso puede pedirnos.
Tenemos motivos de agravio; es verdad que no se puede exigir al Gobierno que contra el dictàmen facultavtivo, permita el viaje del Rey à Granda; mas, què razon hay para que no aconseje à la Reina su venida à fin de que inaugure el monumento,cumpla la palabra empeñada y corresponda à los desesos de los grandinos, à los gastos hechos, à las esplendidas manifestaciones de consideracion y gratitud con que, indudablemente, se le hubiera agasiado?
No hay ninguna.
A la vista de un miope salta que si el Rey no puede venir, cosa que sinceramente deploramos, la Reina ha podido favorecernos con su presencia.
El consejo de los ministros à S. M. constituye, por lo tanto, un desaire à Granda. Como tal desaire lo recibimos y guardamos; y de la misma manera que nosotros lo entiende, segun creemos, el pueblo granadino.
Conste asi; y no lo olviden, sobre todo, el Gobierno y los señores Ministros que incurren en la demencia de querer subsanar, con un irònica visita, no deseada, la desatencion que han cometido con esta noblel ciudad que, aunque paciente y bondadosa, no tolera que de un modo tan descarado se la burle y se la agravie.
Anno XIII
Primera Ediciòn del Miercoles 2 de Noviembre de 1892; Nùm. 5818
Que no vengan.
Un telegrama oficial, recibido ayer tarde à ultima hora por el Gobernador civil, anuncia que le Gobierno ha aconsejado à S.M, la reina Regente que desista del viaje à Granada, y que, para inaugurar el monumento, vedràn, sustituyèndola, tres ministros.
Agradecemos la merced, pero nò la deseamos: porque la venida de esos señores, en las actuales circustancias, despuès de habernos estado enagañando un dia y otro; màs que atencion parece sangienta burla, que, enèrgicamente rechazamos.
Granada no se ha ceñido la frente de rosas, ni se ha engañado con laurel y aromàtica juncias, ni ha envuelto su pobreza bajo los gloriosos colores del pabellon nacional para recibir à los ministro el Gobierno conservador; Granada ha realizado un esfuerzo vigoroso, expontaneamente, con verdadero entusiasmo, con ingenuidad y alegria, para saludar à la Reina, para festejar à una dama virtuosa, para expresar al jefe de Estado su gratitud por el honor que, con su visita, nos dispensaba.
Si la Reina no viene, todo sobra.
Para un gobierno muerto, desconceptuado por sus torpezas, sometico à la accion de inexorable jellatura, no puede haber vitores, flores, ni laureles; de no habernos agraviado, tendìa derecho à exigir, como demostraciones de culta indiferencia, soledad y silencio, la paz à los difuntos otorgada; ni aun eso puede pedirnos.
Tenemos motivos de agravio; es verdad que no se puede exigir al Gobierno que contra el dictàmen facultavtivo, permita el viaje del Rey à Granda; mas, què razon hay para que no aconseje à la Reina su venida à fin de que inaugure el monumento,cumpla la palabra empeñada y corresponda à los desesos de los grandinos, à los gastos hechos, à las esplendidas manifestaciones de consideracion y gratitud con que, indudablemente, se le hubiera agasiado?
No hay ninguna.
A la vista de un miope salta que si el Rey no puede venir, cosa que sinceramente deploramos, la Reina ha podido favorecernos con su presencia.
El consejo de los ministros à S. M. constituye, por lo tanto, un desaire à Granda. Como tal desaire lo recibimos y guardamos; y de la misma manera que nosotros lo entiende, segun creemos, el pueblo granadino.
Conste asi; y no lo olviden, sobre todo, el Gobierno y los señores Ministros que incurren en la demencia de querer subsanar, con un irònica visita, no deseada, la desatencion que han cometido con esta noblel ciudad que, aunque paciente y bondadosa, no tolera que de un modo tan descarado se la burle y se la agravie.
trascritto da
Daniela Cocco
El Defensor de Granada; Año XIII; Número 5818 1ª ed. - 1892 Noviembre 02 Prima pagina El defensor de Granada
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